Sirenas

Canto de S
Capítulo 4.

Canto de Sirenas: entrega o rechazo al delirio musical

            4. 1. ¿Por qué las Sirenas?
            4. 2. ¿Quiénes son las Sirenas?
            4. 3. Etimología
            4. 4. Atributos
            4. 5. Genealogía
            4. 6. La derrota de las Sirenas

                        4. 6. 1. Las Sirenas y Orfeo
                        4. 6. 2. Las Sirenas y Ulises
                        4. 6. 3. Las Sirenas y las Musas

            4. 7. Las Sirenas y la Música de las Esferas
            4. 8. Naturaleza del Canto de las Sirenas

                        4. 8. 1. El triunfo político de Ulises
                        4. 8. 2. El canto de las Sirenas  y las lágrimas
                        4. 8. 3. La imposibilidad del canto de las Sirenas

            4. 9. Las Sirenas y el delirio Rave


irenas: entrega o rechazo al delirio musical
Las Sereines nacen en Grecia. Las Sirenas son representadas en la Antigüedad como3 En la obra del poeta Homero se 

Capítulo 4. Canto de Sirenas: entrega o rechazo al delirio musical

                                                        

Like that of Dionysus, their effect (of Sirens) on man is direct, without intermediaries. Sirens are divinities who fulminate with the knowledge of extreme opposites and could thus be considered the female equivalent of the god of inebration. Indeed, according to the tradition of Argolis, Dionysus arrived from Naxos with Ariadna by sea, accompanied by the Sirens.
Meri Lao 1

4. 1. ¿Por qué las Sirenas?

Como Dioniso, las Sirenas son seres mitológicos relacionados al delirio musical que implica transgresión, sabiduría y tragedia. Al igual que el dios del éxtasis, las Sirenas invitan al ser humano a abandonar lo que es bajo el orden civilizado del mundo que todo le prohíbe a no ser la sumisión; evitar a Dioniso y a las Sirenas es tener miedo de invertir el orden establecido, de transformar, de reemplazar por algo impredecible; miedo de lo desconocido, de perderse a sí, de desaparecer o de disolverse en la homogeneidad del agua.
El mito de las Sirenas se ha repetido históricamente en múltiples culturas del mundo. Ya sea bajo su forma antigua de seres híbridos mitad mujer-mitad ave, o de su forma evolucionada de ninfas con cola de pez, estos personajes han representado de manera imaginativa una cara del alma humana -sumamente interna y poderosa- relacionada con el delirio propiciado por la voz, el canto y la música; misma que, por alguna razón de extrema conveniencia a la moral patriarcal occidental, se ha tratado de ocultar y de vencer milenariamente, despreciándole como un simple simulacro trágico femenino. 2

4. 2. ¿Quiénes son las Sirenas?

           
Las Sereines nacen en Grecia. Las Sirenas son representadas en la Antigüedad como seres híbridos mujer-ave. 3 En la obra del poeta Homero se encuentran las primeras referencias escritas sobre ellas, y se trata, al parecer de dos personajes. No obstante, en el arte figurativo aparecen comúnmente como tríadas. Platón habla incluso de ocho sirenas como símbolo de la armonía celestial de las esferas. 4

4. 3. Etimología


Diversas son las etimologías propuestas para el nombre de las Sirenas. Por sus atributos de seducción mágica, la palabra griega Seirenes puede provenir de seirà (ca­dena, lazo) y del verbo seirazein (atar con una cuerda). Con el término seirios (ardiente, del que tam­bién procede Sirio, el astro de la canícula), las Sirenas se relacionan a la hora meridiana del día (en la que aparecen) cuando el mar en extrema tranquilidad bajo el fuerte sol, paradójicamente, es más peligroso para los navegantes que la tormenta y tempestad. 5 Y es que las altas temperaturas secan la naturaleza y los objetos (verbo seirazein). No obstante, quizá sea más importante el hecho de que las Sirenas poseen una gran cualidad, el canto (del hebreo sir) y con él, la capacidad para mover y hasta hacer temblar el alma humana (del radical sánscrito sr, fluido en movimiento). 6 ¿Podría existir relación con la serenidad?

4. 4. Atributos


La música y el canto son los atributos supremos de las Sirenas. 7 Mediante éstos, los hombres heroicos que navegan en sus aguas reciben una invitación especial: la de comunicarles una sabiduría trascendental. Conocimiento secreto, capaz de transformar al ser humano llevándole por senderas más allá del tiempo y el espacio presentes. Viviendo rodeadas de agua (símbolo de transición), las Sirenas disfrutan de atributos chamánicos difíciles de despreciar. Mediante sus hechizos sonoros, prometen un proceso iniciático de muerte-renacimiento con miras hacia la inmortalidad. De no lograr que su invitación sea aceptada, optan por el suicidio. 8

4. 5. Genealogía

                       

El padre de las Sirenas es una de las más antiguas de todas las divinidades griegas: Aqueloo. 9 Por otra parte, su genealogía maternal es controversial: algunos piensan en las Musas. Quizá Terpsicore, diosa de la danza,  Melpomene, diosa de la tragedia o Caliope, diosa de la elocuencia musical (también madre de Orfeo). 10  Otros piensan que las Sirenas son hijas del dios Aqueloo y de Mnemosine, memoria, quien estuvo nueve noches  con Zeus para procrear a las nueve Musas.11

4. 6. La derrota de las Sirenas

Quien se entrega al encanto musical de las Sirenas tiene, se advierte, un final trágico. Y es que entre las rocas de su isla sólo quedan los restos petrificados de navegantes que alguna vez se precipitaron a las aguas marinas para llegar a la fuente sonora original. Butes, Orfeo  y Ulises  son los tres mortales que logran sobrevivir al canto de las Sirenas.

4. 6. 1. Las Sirenas y Orfeo   


                                                                                    Que seraient les Argonautes sans la lyre d’Orphée? Qui donnerait la cadence aux rameurs?
Gilbert Durand 12

El encuentro entre Orfeo y las Sirenas es la representación de la lucha entre dos de las más grandes potencias en el mundo, ambas de naturaleza sonora: una que rechaza y otra que se entrega al delirio musical. Orfeo, el protector musical del Argo, se enfrenta en un momento de comunicación competitiva con las Sirenas. Iluminado por la luz apolínea marina, el divino cantor demuestra poéticamente su superioridad. 13 A diferencia de los otros tripulantes del Argo, Orfeo no es un héroe, tampoco un semidiós. Sólo es el destinado a dirigir el compás de los remos con su lira. 14
Ha llegado el día para zarpar. Jasón llora al alejarse de su tierra natal. La tripulación golpea con sus remos las olas del mar al sonido de la lira de Orfeo. Los dioses desde el cielo lanzan una mirada al barco. El sabio Quirón les desea buena velocidad y poco dolor por desear regresar a sus hogares. Y con  él, su esposa, cargando a Aquiles, hijo de Peleo, mostrando al padre el pequeño niño. 15
De regreso al Mediterráneo, después de cruzar las arenas del desierto de Libia y de recuperar el gran tesoro del Vellocino de Oro, los Argonautas se acercan a la isla de Antemusa. Las Sirenas que ahí habitan, aparecen en parte como pájaros y en parte como vírgenes doncellas que desean ser vistas, pero sobre todo, escuchadas. Protegido por el dios de los navegantes, 16 Orfeo inicia un acorde poderoso que apaga el canto de las hechiceras y hace que el viento del Oeste encamine al Argos nuevamente en un armonioso oleaje. 17
Así se cuenta el triunfo del gran poeta gracias a la sabiduría musical que Apolo le ha inspirado. La música de Orfeo invita al orden armónico en el que ríos y mares, árboles, animales y humanos participan en pasiva reverencia. Orfeo, también considerado como padre del alfabeto, es símbolo del principio organizativo y controlador de la cultura basada en la escritura. Esto, a diferencia de las Sirenas que cantan haciendo un llamado al mundo sensible de naturaleza femenina, siempre más vital y complejo relacionado con la imagen de la Gran Diosa. Con la derrota de las Sirenas frente a Orfeo, el delirio musical -que es una forma de sabiduría cósmica dada en un instante de experiencia interior- queda rezagado por el simulacro de la gramma que sólo es sombra del conocimiento, tumba de la verdad. 18
La foné, identificada con un origen musical, proviene del conocimiento más verdadero que poseen las almas. 19 La escritura, ya de carácter mundano, desprecia la sabiduría de la inmediatez oral, de la comunicación interpersonal a través del encantamiento sonoro, es tumba del conocimiento. Orfeo y su orden poético apolíneo vencen a las Sirenas y a su desorden musical dionisiaco. 20


 4. 6. 2. Las Sirenas y Ulises

                                  

L’Odyssée tout entière est une épopée de la victoire sur les périls de l’onde comme de la féminité.
Gilbert Durand 21

Para los griegos la guerra de Troya era considerada un acontecimiento real. Los héroes fueron nombrados junto con sus ancestros -divinos y mortales- y sus lugares de origen. Los cantores relataban sus historias de manera didáctica y de esa manera se volvieron históricos. Diversas son las historias del regreso de los héroes griegos a sus tierras después de la caída de Troya: entre ellas se encuentra la de Ulises, ampliamente descrita en La Odisea de Homero. 22
En la isla de Aiaia, Circe, la hechicera tía de Medea, alimenta y da de beber a una parte de la tripulación, convirtiéndolos en cerdos, aunque sin despojarles de sus sensibilidades humanas. Hermes aconseja a Ulises revertir el hechizo con una planta y hacer el amor a la hechicera. De esta manera viven juntos en la isla durante un año. Al zarpar el héroe, Circe le sugiere visitar el alma del adivino Tiresias en el Inframundo para encontrar el camino a casa. El vidente le advierte que su esposa Penélope se encuentra asediada por varios pretendientes para reinar en su palacio, pues después de tantos años de ausencia le presumían muerto. 23
De regreso a la isla de Circe, la hechicera da algunos consejos a Ulises para la próxima etapa de su viaje: su encuentro con el canto de las Sirenas. 24

Siguiendo los consejos de su anfitriona, Ulises ordena a la tripulación tapar sus oídos con cera y atarlo a él al mástil del barco. 25 Las Sirenas aparecen y entonan un canto de atracción divina que promete una sabiduría trascendental. 26
Estratégicamente advertidos, los tripulantes cruzan la isla de las Sirenas con toda seguridad, ignorando las súplicas del héroe para ser desatado y responder al deseo de las Sirenas. Retenido materialmente contra sus deseos más íntimos y los oídos abiertos -a diferencia de sus acompañantes- Ulises logra escuchar el canto letal sin peligro alguno. 27

4. 6. 3. Las Sirenas y las Musas

Cierta ocasión, las Musas se encargan de integrar el jurado de la competencia entre Apolo y el sátiro flautista Marsias (devoto de Cibeles). 28 Dan la victoria al dios y deciden que el perdedor debe ser desollado vivo. Tiempo después las Musas se enfrentan  a las Sirenas, venciéndoles y desplumando sus alas para utilizar las plumas robadas como ornamento y emblema. Las hechiceras marinas permanecerán desde entonces en silencio profundo para siempre, quizá convertidas en rocas mudas por sus adversarias. 29


4. 7. Las Sirenas y la Música de las Esferas

Más allá de la derrota frente a Ulises, a Orfeo y las Musas, la música y el canto de las Sirenas tienen un valor cósmico, son el símbolo de la armonía celestial de las esferas.
Famosas en la Antigüedad como guías en el  mundo de los muertos, las Sirenas fueron elevadas al espacio celestial de las esferas por filósofos y místicos, Ya para los pitagóricos, símbolo  de la armonía-sabiduría cósmica. 30
Platón reconoce la importancia de las Sirenas al poner en palabras de Sócrates el relato de Her, el armenio, originario de Panfilia, del que se decía, había resucitado al duodécimo día después de su muerte en el campo de batalla. Her refirió su experiencia en el Más Allá:

Tan pronto como mi alma salió de mi cuerpo, llegué  con multitud de otras almas a un lugar completamente maravilloso, en el cual se veían en tierra dos aberturas, próximas una a otra, y otras dos en el cielo, que correspondían con aquéllas. Entre estas dos regiones se hallaban sentados los jueces: en cuanto habían dado su sentencia, ordenaban a los justos que siguiesen su camino, a la derecha por una de las aberturas del cielo, después de haberles colgado un cartel que contenía el juicio dado a favor suyo; a los malos que tomasen su camino a la izquierda, por una de las aberturas de la tierra, llevando en la espalda un cártel semejante en que estaban expresadas todas sus acciones. Cuando yo me hube presentado, decidieron los jueces que era preciso que llevase a los hombres  la noticia de lo que pasaba en el otro mundo, y me ordenaron que escuchase y observase en aquel lugar  cosas de las que iba a ser testigo. 31
Almas descendiendo del cielo y almas ascendiendo de la tierra se comunican alegrías y pesares respectivamente. Juicios que resuelven castigos de cien años y recompensas, terribles personajes torturando a los criminales.
Siete días pasan las almas en la pradera, al octavo parten en caminata de cuatro días a un lugar indicado en el que una luz atraviesa el cielo y la tierra. Tardan un día más en llegar al centro de la iluminación que abarca toda la circunferencia del cielo.  De los extremos se encuentra suspendido el huso 32 de la Necesidad, que impulsa todas las evoluciones celestes. Ocho pesos concéntricos se mueven lentamente en dirección contraria al huso: la Tierra, la Luna, Venus, Mercurio, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno claramente diferenciados por su color, brillo y movimiento:

El propio huso giraba sobre las rodillas de la Necesidad. En cada uno de estos círculos era arrastrada una Sirena que giraba con él, cantando una sola nota de su voz, siempre en el mismo tono; de suerte que de estas ocho notas  diferentes resultaba un perfecto acorde. En torno al huso, y a distancias iguales, hallábanse en sendos troncos las tres Parcas, hijas de la Necesidad: Láquesis, Cloto y Atropos, vestidas de blanco y coronada la cabeza por una banda. Acompañaban con su canto el de las Sirenas: Láquesis cantaba el pasado, Cloto el presente y Atropos el porvenir. Cloto, tocando a intervalos el huso con la mano derecha, le obligaba a hacer su evolución exterior. Atropos, con la mano izquierda, imprimía movimiento a cada uno de sus pesos interiores. En cuanto llegaron las almas tuvieron que presentarse ante Láquesis. 33

Las almas regresarán a la Tierra reencarnadas, cada una decidirá su suerte: tiranías trágicas, hombres célebres, riqueza, pobreza, salud y enfermedad en todas sus manifestaciones. El secreto en el mundo es mantener el alma firme e inquebrantable. Las almas provenientes del cielo eligen con imprudencia, mientras que las venidas de las regiones subterráneas no deciden tan a la ligera. La mayor parte de las almas cambiarán una buena condición por una mala y una mala por una buena. Para Her, la elección es un espectáculo curioso, nada más extraño ni más digno, a la vez, de compasión y de risa:

Había  visto al alma de Orfeo escoger la condición de cisne, por odio a las mujeres que en otro tiempo de habían dado muerte, no queriendo deber su nacimiento a ninguna de ellas. (...) El alma de Ulises, a quien la suerte le había designado como el último para elegir, se llegó, asimismo, a escoger. Pero, acordándose de sus pasados infortunios y libre ya de ambición, buscó durante largo rato y descubrió por fin en un rincón, aparte, la apacible condición de un simple particular, que había sido desdeñada por todas las demás almas, y exclamó, al verla,  que aun cuando hubiera sido la primera en escoger, no hubiese hecho otra elección. 34

A diferencia del concepto de la Tierra plana rodeada de un mar cósmico ilimitado habitado por seres peligrosos que prevalece durante la Edad Media (siglos XII y XIII) proveniente de los textos sumerios cuneiformes del 2,000 a.C. (Edad de Bronce Temprana), para los griegos de la Antigüedad, la Tierra es una esfera sólida estacionaria en el centro de una especie de caja china de siete esferas transparentes y giratorias, en cada una de las cuales, existe un planeta visible: la Luna, Mercurio, Venus y el Sol, Marte, Júpiter y Saturno. A partir de éstos son nombrados los siete días de la semana.  Los tonos sonoros de estas siete esferas hacen la música de las esferas, a la cual corresponden las notas de nuestra escala diatónica. También existe un metal asociado a cada una de ellas: plata, mercurio, cobre, oro, hierro, estaño y plomo, respectivamente. Y el alma descendiendo desde el cielo para nacer en la Tierra toma, a medida que baja, las cualidades de aquellos metales; así las almas y los cuerpos están compuestos de los múltiples elementos del Universo y forman parte de una misma melodía universal. 35
Platón relaciona el movimiento de las esferas con las notas musicales. Las Sirenas son en sí mismas los astros, directoras de la sinfonía celestial. Con sus sonidos armónicos, generan el principio de la creación. Así, el autor de La República coincide con Pitágoras sobre la idea del principio musical del Universo. 36

Pitágoras de Samos (571-497 a.C.), uno de los grandes iniciados en los misterios órficos, amantes del conocimiento como medio de salvación-, históricamente ha sido reconocido como descubridor de las proporciones de los principales intervalos de la escala musical. Para los pitagóricos, los números son el principio de la naturaleza en su totalidad y pueden expresar así los sonidos. La música, hermana de la astronomía, regula las constelaciones en su ritmo y armonía. La distancia entre las esferas es proporcional a la distancia entre las notas musicales. Las esferas más próximas dan tonos más graves, mientras que las más lejanas dan tonos agudos para formar en su totalidad la sinfonía cósmica. 37 La música está relacionada con los números, y al igual que éstos,  es reflejo de la misteriosa armonía del Universo. La música no es más que un intento fallido desde los orígenes de la humanidad, como nos ha relatado Michel Tournier (París, 1924), por imitar la eternidad sonora:

Al principio, Dios creó el cielo y la tierra. Las tinieblas cubrían la tierra y el silencio llenaba el cielo. Entonces Dios creó los astros, las luminarias y los planetas. Y la luz se hizo. Pero no solamente la luz, pues los astros, las luminarias y los planetas, realizando sus parábolas y sus revoluciones, emitían sonidos en el cielo. Y no dejaba de escucharse una especie de concierto celeste, dulce, profundo y encantador: la música de las esferas. 38

En seguida Dios creó al hombre. Le hizo macho y hembra, con senos  femeninos y sexo de varón a la vez. Dios se retiró detrás de una nube para observar lo que Adán haría. ¿Qué haría Adán? Levantó el oído  y escuchó aquel canto flautado que caía del cielo. Entonces puso un pie frente al otro, extendió los brazos en cruz y giró lentamente sobre sí mismo. Giró, giró  y giró hasta que el vértigo le hizo caer al suelo donde permaneció por un momento embrutecido. Al fin reaccionó y descontento llamó a su padre, explicándole la imposibilidad de bailar solo ante el auténtico ballet de las esferas.
Dios hizo caer a Adán en un profundo sueño. Entonces separó su cuerpo en dos mitades, mitad masculina y mitad femenina, y de este ser doble creó un hombre y una mujer maravillosamente diferentes y complementarios que dirigirían su oído a la música de las esferas. Y fue de esta manera, por las necesidades de la danza, que la humanidad se multiplicó.
Ahora bien, existían numerosos árboles en el Paraíso, y cada uno por sus frutos concedía  un conocimiento en particular.  Uno de ellos revelaba las matemáticas, otro la química, un tercero las lenguas orientales. Dios advirtió a Adán y Eva:

Pueden ustedes comer de los frutos de todos estos árboles y adquirir todos los conocimientos. Más cuídense de comer de los frutos del árbol de la música, porque, conociendo las notas, dejarán también de escuchar la gran sinfonía celeste, y créanme, nada es más triste  que el silencio eterno de los espacios infinitos. 39

No obstante la advertencia suprema, Adán y Eva fueron tentados por la Serpiente, quien les aseguró que ingiriendo los frutos del árbol prohibido podrían crear una música propia semejante a la de las esferas. 40 Con los oídos tapados de Adán y Eva, un silencio fúnebre cayó sobre el mundo y la música de las esferas se convirtió en un silencio inmutable:

Así termino el Paraíso terrestre. La historia de la música comenzaba. Adan y Eva, luego sus descendientes, intentaron estirar pieles sobre calabazas y tripas sobre arcos. Hicieron orificios en los troncos  de las cañas y torcieron los lingotes de cobre para  fabricar el diapasón.  Esto duró milenos,  y existió Orfeo, y Monteverdi, Bach, Mozart, Bethoveen. Ravel, Debussy, Benjamín Britten y Pierre Boulez.(...) Pero el cielo, no obstante, permaneció silencioso, y nunca jamás se escuchó la música de las esferas. 41
Si el canto de las Sirenas es parte de la música de las esferas vedada para la humanidad, entonces acercarse a él es alejarse del mundo terrenal, aproximándose vertiginosamente a otro, bien distante del cotidiano, aunque originariamente más próximo al secreto de la creación universal. El canto de las Sirenas es una invitación a comunicarse musicalmente con la Alteridad.

4. 8. Naturaleza del Canto de las Sirenas

4. 8. 1. El triunfo político de Ulises
                                  
Por su naturaleza mítica, la experiencia de Ulises ante las Sirenas ha sido interpretada por diversos autores de maneras distintas. Aquí hacemos referencia a algunas de estas ideas.
A primera vista encontramos una lectura política del triunfo del protagonista de La Odisea. Si Ulises, el héroe patriarcal por excelencia ordena ser atado al mástil -a la vez que obliga a la tripulación a taparse los oídos con cera- es porque sólo detenido por cuerdas (que representan la fortaleza de la razón ante condiciones de debilidad), y mediante la sordera ignorante de sus compañeros, puede evitar que todos se entreguen al delirio fatal de naturaleza femenina. 42
Nótese que Ulises, aún atado al mástil por la fuerza, se reserva el derecho de atender el canto que promete sabiduría soberana, mientras que niega a la tripulación toda posibilidad de percibirle. En su libro titulado Dialéctica de la Ilustración (1947), los autores de la Escuela de Frankfurt, M. Horkheimer (1895-1973) y T. Adorno (1903-1969) interpretan que la libertad del héroe para escuchar el canto de las Sirenas, sólo es posible por la coacción de la tripulación. Desde tiempos míticos, esta sordera asegura el sometimiento y la ignorancia, volviendo dóciles a quienes con su fuerza de trabajo hacen navegar la embarcación y haciéndoles permanecer enajenados. Sus sentidos y su discernimiento han sido entorpecidos; nada puede ya desviarles del arduo remar, del extenuante trabajar. Mientras tanto, el amo que es Ulises, permanece a fuerza inmóvil, pero jamás sordo, siempre atento a que sus órdenes se cumplan y preparado para cualquier imprevisto.
Las Sirenas ofrecen a Ulises algo que tiene que ver con lo más allá de lo humano y que despierta curiosidad y fascinación entre los mortales. Si el héroe triunfa, es sólo gracias a una fuerza física. Recordemos que este viajero valiente es el gran estereotipo del hombre civilizador que permanece firme en su convicción, pese a  grandes y múltiples tentaciones, de regresar a su tierra natal. Dicha fortaleza quizá provenga del hecho de que el personaje de La Odisea, habiendo visitado el Inframundo y observado su destino mortal después de regresar a Ítaca, y de haber permanecido un año en la venusina isla de Circe, al encontrarse con las Sirenas, piense que la condición del mortal es limitada, pero también que la eternidad divina puede devenir perpetuo tormento. 43 Su gran deseo por lo universal y lo inmortal  es vencido por su condición particular de mortal apegado a una comunidad. 44 Pareciera así que Ulises afirma la frase de Michel de Certeau que François Dosse nos recuerda: “No se habita el lugar que no se abandona.”
La tentación más grande en todo su viaje la encuentra Ulises con las Sirenas. Y sin embargo, la promesa de quitar el velo de la ignorancia humana, de des-mantelar el conocimiento erróneo del mortal y de sustituirlo por la visión de Zeus (pleiona eide), es también ilusión si se piensa que puede lograrse en vida. Así lo constatan los restos de navegantes entre las rocas, quienes, seducidos por el sueño del más allá, olvidaron su tierra, sus pertenencias y su gente, permaneciendo en la isla de las Sirenas sólo alimentados y cubiertos por el delirio musical sin futuro humano real.
Digamos que el Canto de las Sirenas es lo más allá innombrable relacionado a la Alteridad que escapa al lenguaje. Y sin embargo, el arte es un esfuerzo colectivo que responde al deseo de aproximársele. Si el arte habla de la Alteridad, lo hace de una manera apolínea, en la que sólo se le puede escuchar o ver, pero mesuradamente. “Sólo así, civilizado y lejos de su origen, se ha tolerado el Canto de las Sirenas.” 45
Ulises triunfa porque acepta su humanidad mortal y civilizada, lejos del sentir artístico y de la búsqueda por lo trascendental. Pero algo queda en el canto de las Sirenas, que pese al riesgo, atrae con tal fuerza, que muchos son los que se entregan a él sin dudar. ¿Y si el triunfo de Ulises fuese una derrota? ¿Y si el canto de las Sirenas fuese lo más vital y lo más interno de todos nosotros? ¿Cuál sería entonces la naturaleza de su música?


4. 8. 2. El canto de las Sirenas y las lágrimas

                                  

Algunos pensadores han identificado una de las expresiones anímicas más intensas del ser humano, el llanto, con la música:

El principio de la música... se extiende más allá del reino de la intención, del reino del significado y de la subjetividad. Su origen es gesticulativo por naturaleza y relacionado al origen de las lágrimas. Es el gesto o la descarga... la música y las lágrimas abren los labios del ser humano arrestado, dejándole en libertad. 46

Como hombre de valor, Ulises elige su prisión atado al mástil; él menos que nadie puede darse el lujo de extender sus brazos y liberarse de toda razón mundana, de lanzarse al mar inspirado por las Sirenas que llaman con su canto a llorar en sus profundidades extrañas y confundirse con las aguas. Y es que en las lágrimas: “la experiencia que se vive del no-saber, de lo que se da cuando se llora, no es una experiencia en la que uno se sitúe en una posición dominante. Ahí se está claramente rebasado.” 47 Situación rechazada cercana a la ley masculina, los rectos patriarcas no deben llorar.
En su Divina Comedia,  Dante Alighieri (1265-1321) escribió sobre la permanencia de las Sirenas en el Purgatorio, siempre relacionándoles con el llanto y lo fatal.
En un primer pasaje, el poeta sueña con una mujer que inesperadamente capta su mirada, cantándole: “Yo soy dulce Sirena, que distraigo a los marineros en medio del mar; tanto es el placer que hago sentir. Con mi canto aparte a Ulises de su camino inseguro; y el que conmigo se aviene, rara vez se va; de tal modo le fascino.” 48 De pronto, una mujer santa aparece preguntando: “¡Oh Virgilio, Virgilio! ¿Quién es esa?” Entonces toma a la mujer que hace llamarse Sirena, y desgarrando sus vestiduras, le descubre el vientre, diciéndole:

Has visto la antigua hechicera causante única del llanto que más arriba de donde estamos se vierte? ¿Has visto como el hombre puede desprenderse de ella? Bástete, pues, eso, y apresura el paso, vuelve tus ojos al reclamo de las magníficas esferas que  hace girar el Rey eterno. 49

Alejar la vista de la “causante única del llanto” en la Tierra es la recomendación. Y sin embargo, también en aquel mundo extraño, antes de alcanzar el olvido que las aguas del Leteo donan a las almas, el poeta no puede impedir que sus mejillas se bañen en llanto ante la aparición de su otrora amada invisible:

Y Beatriz, inmóvil sobre el costado izquierdo de su carro, coronada de oliva sobre un velo blanco, cubierta de un verde manto, y vestida del color de una vívida llama, dirigió unas palabras a las compasivas substancias, terminando con esta frase: Se hubiera violado el alto decreto de Dios, si él pasara el Leteo y gustara tales manjares sin haber pagado alguna parte de la penitencia que hace verter lágrimas. 50

En el Purgatorio, Beatriz ya sólo es imagen de la amada que ahora produce en el poeta lágrimas de aflicción por un tiempo irrecuperable, haciéndole recordar el gran olvido en que la tuvo después de su muerte:

 Para que más te aproveche la vergüenza de tu error, y para que otra vez seas más fuerte al oír las Sirenas, depón la causa de tu llanto y escucha: de este modo sabrás que mi carne sepultada debía encaminarte en una dirección totalmente contraria. El arte o la naturaleza no te presentaron jamás una cosa tan agradable como los bellos miembros  en que estuve contenida, miembros que ahora son polvo de la tierra. Y si el sumo placer de verme te faltó por mi muerte, ¿qué cosa mortal debía excitar después tus deseos? A la primera  herida que te causaron las cosas falaces del mundo, debiste elevar tus ojos al cielo, siguiéndome a mí que ya no era como ellas. 51

El reproche femenino se debe a la debilidad del poeta entregado al canto de las Sirenas; aunque en el texto no queda claro de qué trata éste exactamente: podemos sugerir tres interpretaciones: a) ya sea que se trate del revivir con la memoria un pasado doloroso, ya lejano e imposible de cambiar; b) ya sea la entrega del artista para escapar de lo mundano; o bien, c) la llamada de Beatriz desde el cielo que el débil mortal se negó a responder, matando así, toda posibilidad de amor y fidelidad trascendental.
El llanto del poeta sobrepasa la memoria de una causa única. Con su sabiduría cósmica, las Sirenas cantan un pasado inmemorial estremecedor. Recordemos que su conocimiento, por ser hijas de la diosa Mnemosine, va más allá del tiempo humano como en la iniciación órfica:

El Orfismo dio gran importancia a la memoria: el mundo es una ilusión y sólo aquéllos que recuerdan pueden ascender al mundo inmutable que trasciende el tiempo. Y es aquí en donde entra Mnemosine. Ella es la diosa que extingue la sed de los iniciados, despertándoles la memoria, mientras que las almas comunes, forzadas a repetir el ciclo de la encarnación, beben de las aguas del río Leteo que ofrece el olvido. No buscaban los hombres de la Antigüedad en el misterio de las religiones el gran regalo de las Sirenas –que no sorpresivamente, como hijas de Mnemosine- podían otorgar en un instante de éxtasis? 52

Reunificación con la Alteridad. Se dice que las Sirenas transmiten un mensaje sagrado a los seres humanos; que su música es penetrante y seductora, más poderosa que las cuerdas atadas al mástil y la cera. Pero, ¿quién realmente les ha escuchado? ¿Acaso Ulises atado al mástil? ¿Y si su canto fuese imperceptible? Para F. Kafka (1883-1924), Ulises, con el afán de fingir ante los dioses, aún sabiendo de la naturaleza muda del canto, tapa sus oídos. Cuando se acerca a las Sirenas, éstas no cantan, quizá porque piensan que Ulises podría ser vencido solamente por la ausencia de voz y de música, o bien, porque al verle tan preocupado por su cera, su mástil y sus cuerdas olvidaron cantar. Lo que a ellas ahora les interesa frente al héroe, es captar su mirada atenta y fascinada. De esta manera el héroe sólo recibe el gran Silencio. 53



4. 8. 3. La imposibilidad del canto de las Sirenas

Après l’épreuve, Ulysse se retrouve tel qu’il était, et le monde se retrouve peût être plus pauvre, mais plus ferme et plus sûr. 
Maurice Blanchot 54

Las Sirenas son el símbolo de la imposibilidad y del peligro de la sabiduría cósmica. Evidentemente, todos los testimonios aseguran su conocimiento musical que abarca la eternidad. No obstante, no existen palabras exactas que describan el contenido de su canto. Incluso en La Odisea, Homero sólo describe el pasaje en el que las divinidades se presentan ante Ulises prometiéndole un canto futuro repleto de sabiduría, pero que no es en sí el canto mismo al que le invitan.
En este sentido, Maurice Blanchot (1907-2003) escribió sobre la naturaleza del canto de las Sirenas como algo extraño a este mundo: la promesa de una comunicación con la Alteridad. Siempre, a través de sus cantos imperfectos -que no son más que un canto por venir- conducen al navegante hacia ese espacio en donde cantar comienza verdaderamente.55

El canto de las Sirenas es un canto del origen que es siempre promesa irrealizable, proveniente del lugar en el que la música y las Sirenas mismas han desaparecido: región del origen silencioso. ¿Su naturaleza? Posiblemente la inhumanidad. Ruido natural, de extraño silencio, pero que despierta en el hombre el placer extremo de caer, mismo que no puede satisfacer en condiciones normales de vida. 56
Quien escucha a las Sirenas sospecha de la inhumanidad de todo canto humano (quizá ellas cantan un canto inhumano, también como a veces cantan los humanos). Escucharles es alimentar un deseo incontrolable, desesperación cercana al delirio: canto del abismo, fuerte invitación a desaparecer. 57
Es de notar  que el canto de las Sirenas sólo está dirigido a ciertos hombres de riesgo:

El encantamiento, por una promesa enigmática, expone a los hombres a ser infieles a sí mismos, a su canto humano y a la esencia misma del canto, despertando en ellos la esperanza y el deseo de un Más Allá maravilloso, y este Más Allá no representa más que un desierto, como si la región madre de la música  fuese el único lugar privado totalmente de música, un lugar de aridez y de sequedad donde el silencio, como el ruido, susurra en aquel que ha tenido la disposición, todo camino de acceso al canto. 58

Extraña navegación es la del gran deseo. Por impaciencia o por la promesa de un más allá maravilloso, los navegantes abren sus oídos y sus almas a la región-madre de la música: el Silencio. ¿De qué manera Ulises, el griego de la decadencia, les ha vencido? Con cobardía mediocre, terquedad y goce medido ha disfrutado del espectáculo de las Sirenas : vencidas por el poder de la técnica que siempre pretende jugar sin peligros con los poderes irreales o inspirados. 59
La historia de las Sirenas es un relato de sólo un episodio, el de un encuentro. Blanchot nos enseña que el relato no es la relación de un evento, sino el evento mismo, el acercamiento a él, el lugar al que es llamado para producirse, evento excepcional todavía por venir, lejos de toda verdad mundana. Sólo en el relato de Homero tienen lugar el encuentro de Ulises con las Sirenas. Relato siempre pasado absoluto, siempre futuro absoluto. Es la eternidad del mito.
En realidad, nada sabemos del canto de las Sirenas: en vida nadie puede conocerle. Se trata de una promesa, de un canto en espera que lleva a los mortales hacia un pasado inmemorial al que todo ser humano desea aproximarse, traspasando así la imposibilidad de la distancia originaria que nos separa de una sabiduría cósmica.

4. 9. Las Sirenas y el delirio Rave

Frente a las Sirenas, Orfeo y Ulises son los adultos desfascinados del mundo que deben resistir a sus mayores deseos humanos. 60 Ambos son representantes del poder civilizatorio de la barbarie: Ulises, a fin de cuentas, el estratega de convicción que preserva valores nacionales y familiares, y Orfeo, el posible inventor de la escritura, a merced de las necesidades tranquilizadoras del mundo. Con ellos, la subjetividad del individuo en la cultura y en la escritura tiene dos de sus representantes primordiales.
El delirio al que invita el canto de las Sirenas se opone así a las cuerdas de sujeción, físicas y emocionales, de Orfeo y Ulises: fascinación vs desfascinación. Así también lo ha comprendido el filósofo alemán contemporáneo Peter Sloterdijk (1947- ): Después de que la cultura de la escritura ha hecho valer su ley, ser sujeto significa sobre todo: poder resistir a imágenes, discursos y textos y músicas. 61
Nos extendemos a continuación en las ideas de Sloterdijk sobre el canto de las Sirenas que tan acertadamente y con gran lucidez desembocan en la naturaleza comunicacional de la celebración Rave.
Ciertamente el mundo homérico, prepatriarcal, aprendió a creer en un cierto tipo de encantamiento auditivo a través de una música extraña al mundo, de la cual, los más capaces debían cuidarse, pues de no hacerlo, les llevaría sin remedio a una muerte lejos de su patria. La mar se transforma así en una sala de concierto aislada del mundo. 62
¿De qué tipo de música (de melos), de qué ritmo es el canto de las Sirenas? La seducción todopoderosa de las Sirenas –nos dice Sloterdijk- no radica en la belleza de sus voces (incluso son más estridentes que bellas). En realidad, su secreto es más profundo, el del despertar de la fuente emocional de una melodía que, simplemente, yo mismo deseo y debo cantar:

 Su secreto es el de cantar exactamente los cantos en los que el oído del que pasa desea precipitarse. Escuchar a las Sirenas significa: entrar en el espacio central de una tonalidad que nos interpele íntimamente y, entonces, querer permanecer en la fuente emocional de aquel sonido del que no puede salirse. Las cantantes fatales componen sus cantos en el oído del escucha -ellas cantan a través de la garganta  del otro. 63

¿Cuál es la naturaleza de este deseo de acercamiento ? ¿Cuál es la escena original del ser-próximo (l’être à la proximité) que puede servir de modelo a la precipitación sobre las cantoras? Es en la entonación que el sujeto llega más cerca de sí mismo. El carácter irresistible del canto de las Sirenas no se debe a su belleza, sino a la alianza entre el sonido y la espera del oyente, la más disimulada en el sujeto. 64
Sloterdijk se pregunta si los espectáculos musicales, desde la ópera hasta la agitación postmoderna del pop y el techno, no se tratan acaso de histerias que proyectan los poderes ancestrales representados por el canto de las Sirenas y que configuran el Yo mediante el oído.65 La respuesta podría encontrarse bajo una teoría de la comunicación intrapersonal:

Nuestro análisis del encuentro entre Ulises y las Sirenas se extiende hacia las alusiones de una teoría de la comunicación conmocionada en las grandes sociedades. Lo que toca íntimamente al individuo que escucha, lo que le da la certeza de escuchar su propio canto, es esta música específica de las Sirenas, quienes recitan en público aquéllo que despierta la emoción personal. (…) En realidad, los componentes sirénicos intervienen  en todas partes ahí donde los hombres se entregan a una audición conmocionada (…) Escuchar a las Sirenas es  escucharse. 66

Lejos de provenir de un exterior lejano, el canto de las Sirenas es lo más íntimo del ser humano. Su cercanía a las fuentes de la vida le otorgan un carácter originario, sagrado. “Somos musicales, religiosamente hablando. El alma es un sistema de resonancia.” 67 En el rito, cuando esta presencia mitológica musical deviene espectáculo, los presentes se unen en una comunidad sonora, dispuestos a repetir una y otra vez el encantamiento sonoro de las Sirenas, mismo que, quizá no sea más complejo que el efecto del Primer Saludo escuchado en la protectora calidez del útero materno. El canto de las Sirenas  es la repetición de un saludo  constitutivo del ser humano en su primera atmósfera. 68
Fue Alfred Tomatis (1920-2001), otorrinolaringólogo y psicolingüista francés, pionero en el estudio del desarrollo precoz del oído en el feto. Sus estudios describen a un ser humano que, desde el útero materno, inicia con un proceso de selección de sonidos, abriéndose a los mensajes deseados y cerrándose a los negativos, rechazándolos. 69 Se trata del  inicio de un largo proceso de selección natural preverbal en el que la madre, desde los primeros meses de embarazo y hasta los primeros años de vida anteriores al aprendizaje del lenguaje por parte del niño, jugará un papel modulatorio de los sonidos y de las emociones del nuevo ser. 70
Los indicios de la religiosidad se encuentran ya en el útero materno. El alimentarse y consumir a la propia madre en su carne; escuchar su canto y preparar al oído a los sonidos amistosos. Primera experiencia de comunión participativa que a lo largo de toda una vida se busca siempre repetir. La experiencia technoritual en la fiesta Rave es una resonancia postmoderna de este canto de las Sirenas, sólo que, a diferencia del derecho egoísta de Ulises, se encuentra abierto a toda una comunidad que, aunque efímera, desea el éxtasis colectivo:

Lo que caracteriza a la cultura de masas moderna, es que ésta ha logrado proponer, evitando las mesas y los altares de la cultura elevada, nuevas satisfaciones directas para la exigencia de la comunión extática. Tal es el sentido psicodinámico de la música pop con todas sus variaciones. Para sus consumidores, pone en escena la posibilidad de sumergirse  en un cuerpo rítmico estridente en cuyo seno se puede renunciar temporalmente a las funciones críticas del Yo. Aquel observador imparcial que estudie los gestos del comportamiento en las discotecas y en los Sound Parades no puede llegar más que a este diagnóstico: el público actual de la música de masas intenta realizar un sacrificio entusiasta de sí mismo precipitándose voluntariamente,  con sus riesgos y peligros, en el cráter del sonido. Y una vez en sus entrañas, le transforma en algo presubjetivo, rítmico y desprovisto de oxígeno. La música pop ha rebasado  las comuniones religiosas, es decir, cristianas, sobre su extremo arcaico,  ponderándose en las posibilidades de ingestión ofrecidas frente al altar, y proponiendo una unión a las cavernas corporales psicoacústicas, o a los dioses del sonido que desfilan hoy frente a nosotros. Lo observamos notablemente en los Love Parades berlineses de los años noventa y en sus réplicas en el seno de las grandes ciudades europeas ; desde el punto de vista de la antropología cultural, son interesantes en tanto que puestas en escena particularmente explícitas de « verdaderas » relaciones de ingestión. 71


La comunión de los individuos con los dioses del sonido tiene para Sloterdijk  el mismo modelo de verdad que el psicoanálisis post-freudiano. Seres humanos que de manera reversible llegan a sonosferas de alegrías, simbióticas, reversibles y en este sentido, verdaderas. La diferencia radica en que el psicoanálisis propone  una retórica estrictamente individual del duelo del objeto perdido, mientras que la terapia integrista coloca grupos eufóricos en las calles que, sostenidos por sustancias, practican momentáneamente el juego de la ingestión en un cuerpo original esférico, aunque no aportan gran beneficio en el periodo desembriagante que le sigue.  En los Love Parade, que son una modalidad de la festividad Rave, como en otros fenómenos del éxtasis colectivo, se puede discernir la forma en la que la modernidad trabaja para producir el vínculo fundamental entre los seres humanos, el integrismo psicoacústico, de una manera siempre más directa, siempre más despojada de pretextos y siempre más libre de toda religión. 72
Es de esta manera como encontramos en la figura de las Sirenas un equivalente a la posesión musical delirante del dios Dioniso. La influencia de estas divinidades en el ánimo consiste en el deseo de rebasar la cotidianeidad en la cual el ser humano se encuentra sumergido como miembro de un orden a fin de cuentas represivo, de una comunidad política. Por otro lado, también relacionadas al encanto musical, aparecerán las figuras del dios Apolo y de las Musas como fuente de inspiración del divino músico-poeta llamado Orfeo. Sólo que las artes de éstos, a diferencia de Dioniso y su equivalente femenino que son las Sirenas, tratan de la serenidad amable, ordenada y sin peligro. Todos estos personajes nos hablan de un tiempo en el que la música ya era considerada como un medio de comunicación con lo sagrado. Así también hoy, la experiencia technoritual de los participantes de la cultura Rave consiste en la entrega a un delirio musical colectivo que permite re-ligarse con algo trascendente. Sólo que, lejos de pensar en Dioniso y las Sirenas como daimones musicales, es decir, como las fuerzas divinas que dirigen el éxtasis sonoro, los ravers en su tribalismo heterogéneo adoptan referentes propios, algunas veces sumamente inspirados por símbolos de la experiencia trascendental, otras tantas sin conocimiento o intuición alguna de un puente comunicacional posible entre la realidad diurna y el Cosmos a través de la música electrónica.




1 “Al igual que el de Dioniso, el efecto de las Sirenas en el hombre es directo y sin intermediarios. Las Sirenas son divinidades que fulminan con el conocimiento de los extremos opuestos y por ello pueden ser consideradas el equivalente femenino del dios de la embriaguez. Así, recordando la tradición de Argolis, Dioniso llega por mar de Naxos junto con Ariadna y acompañado por Sirenas.” Lao, Meri. Sirens. Symbols of Seduction. Rochester, Vermont, Park Street Press, 1999. p. 20. (Le Sirene; da Omero ai pompieri, 1998. Tr. John Oliphant of Rossi).

2 Relacionadas estrechamente a la seducción y la destrucción (phthreírein, término griego que significa seducir-destruyendo). Calasso, Roberto. Las bodas de Cadmo y Harmonía. Barcelona, Editorial Anagrama, 1990. p. 25. (Le nozze di Cadmo e Armonia, Milán, Adelphi Edizioni S.P.A., 1988). Las Sirenas han sido representadas históricamente bajo la condición de derrota: ante Ulises, Butes, Orfeo y las Musas.


3 Cuerpo de pájaro y cabeza de mujer. Con el tiempo esta forma atenúa sus caracte­rísticas ornitomorfas: aparecen los brazos hu­manos, los senos, y luego todo el busto; posterior­mente sólo las patas si­guen siendo de pájaro, hasta que se pierden, en época alejandrina, inclu­so éstos últimos residuos de hibridismo. En cam­bio, lo que permanece in­cierto es el motivo de es­ta forma. Parece ser que al principio eran comple­tamente humanas, y que su transformación parcial en pájaro sea consecuen­cia de algún aconteci­miento, el cual varía, no obstante, según las fuen­tes. Para Ovidio eran compañeras de juego de Per­séfone, con quien estaban cuando Ha­des la raptó; entonces ellas pidieron a los dioses que las transformaran en pájaros para poder buscar a su compañera por mar y tierra. Según otras versiones, en cambio, habría sido Deméter quien las habría convertido, como castigo por no haber intentado impedir el rapto de su hija; o bien habría sido Afrodita, para castigarlas por haber despreciado las alegrías del amor. Lo único cierto es que a pesar de tener alas, perdieron la capacidad de vo­lar en una competición musical contra las Musas; estas últimas, tras vencerlas, irritadas por el orgu­llo demostrado por las Sirenas, las desplumaron. La descripción de las Sirenas como mujeres con cola de pez no aparece explícitamente documentada sino hasta los siglos VIII-IX en el Liber Monstrorum. Izzi, Massimo. Diccionario ilustrado de los Monstruos. Ángeles, diablos, ogros, dragones, sirenas y otras criaturas del imaginario. Barcelona, Alejandría (José de Olañeta ed.), 1996. pp. 443-445. (Tr. Marcel-lí Salat y Borja Folch).

4 Algunos nombres de Sirenas: las tríadas Thelxinoe o Thelxiope (de la canción que alivia), Aglaope (de la voz penetrante), Pasinoe (la persuasiva); Partenope (la virgen), Leuco­sia (la diosa blanca), y Ligea (de la voz clara); más antiguos son los nombres de Molpé (la harmoniosa), Imeropa (de la voz que provoca deseo) y Emolpe (la del buen cantar). Lao, Meri. Sirens. Symbols of Seduction. p. 49.

5 La embarcación de Ulises al aproximarse a la isla de las Sirenas, se encuentra parado de improviso por una inexplicable bonanza (Odisea, Canto XII).


6 Izzi, Massimo. Diccionario ilustrado de los Monstruos. p. 443.

7 A diferencia de las fuentes literarias, en las artes visuales las Sirenas son representadas tocando instrumentos musicales: liras, tambores, címbalos y auleos. Lao, Meri. Sirens. Symbols of Seduction. p. 1.

8 Como la Esfinge ante su derrota, las Sirenas olvidan la existencia de sus alas y caen en las profundidades marinas. Aunque por su origen divino, pueden ser también inmortales; “Esta correlación con la muerte se evidencia sobre todo en su forma más antigua de pájaros con rostro humano, llegada sin duda a través de Egipto, de las representaciones del BA, el alma-pájaro del difunto. Las mismas Sirenas griegas aparecen muchas veces en sarcófagos, llevando en brazos a una figura humana minúscula que es el alma del difunto.” Izzi, Massimo. Diccionario ilustrado de los Monstruos. pp. 444-445.

9  Homero considera a Aqueloo  como un gran dios, divinidad de todos los ríos, de los mares y de las fuentes. Son conocidas las luchas del dios con Heracles; su culto era practicado en Atenas, en Oropos, en Megara y en muchas otras ciudades. Su nombre ha sido interpretado de diferentes maneras, pero parece que la etimología más probable es simplemente “el agua.” Eliade, Mircea. Tratado de historia de las religiones. México, Era, 8va. reimpr. de la 1era. ed., 1992. p. 192. (Traité d'histoire des religions. Paris, Payot,  1964.). Aqueloo es el más antiguo de los dioses fluviales griegos que Homero identifica en La Ilíada con el propio Océano. Se le representa con cabeza humana y  cuerpo de toro. Como dios de las aguas tiene la capacidad de cambiar de forma, por ejemplo, con torso de humano y cola de pez o dragón, conservando los cuernos como su único signo de origen taurino : así aparece en la representación de su lucha con Heracles, quien, después de haber realizado sus doce trabajos en el Hades, se enamora de la hermosa Deyanira, destinada a casarse con el dios marino. El héroe le ataca y le rompe uno de sus cuernos (que según algunas versiones se convertirá en la cornucopia, vaso con forma de cuerno, símbolo de la abundancia, relacionado con Dioniso y con Hades). De tres gotas de sangre derramadas nacerán las Sirenas. Se dice que Aqueloo era hijo de Océano y Tetis, dos de las divinidades más antiguas : según otros del Sol y de la Tierra, o bien de Poseidón. Su divinidad la adquirió posiblemente, cuando, atravesando como un simple mortal el río Phorbas, fue muerto por una flecha envenenada, convirtiéndose en un dios. Izzi, Massimo. Diccionario ilustrado de los Monstruos. pp. 45-46; 444-445. Según esta versión, al igual que Afrodita y Atenea, las Sirenas nacieron solamente de una divinidad masculina.

10 Posiblemente las Sirenas tengan una genealogía maternal mortal con Stérope como su madre. Se trata de una mujer de la Etolia, región en la que transcurre el río Acheloo (hoy Aspropotamo). Ibid. p. 443.

11 Aunque para Platón son hijas de dos hermanos, ambos divinidades marinas: Gea y Ponto, Forcis  y Ceto (ballena), padres a su vez de otros seres como las Gorgonas, Equidna y las Grayas. Otras versiones identifican a las Sirenas con las cincuenta Nereidas; por lo que serían hijas de un hermano de Forcis y de Ceto, llamado Nereo, y de una hija de Tetis y de Océano, Dóride, hermana a su vez de 3,000 Oceánidas, Clímene y Electra. Lao, Meri. Sirens. Symbols of Seduction. Geanealogy, Relationships, affinities. pp. 22-24. Para un árbol genealógico de los dioses y héroes en la Grecia arcaica, De Picazo, M. et. al. El nacimiento de Grecia. Madrid, Arlanza Ediciones, 2000. p. 90.

12 ¿Qué sería de los Argonautas sin la lira de Orfeo?; ¿Quién marcaría el compás a los remeros? Durand, Gilbert. Les structures anthropologiques de l’imaginaire. Introduction à l’archetypologie  générale. Paris, Dunod, 11e. édition, 1992. p. 501.


13 El rechazo de la tripulación del Argo al delirio musical, aparece en el Libro IV de La Argonautica de Apolonio de Rodas (siglo III a.C.). Orfeo, hijo de la Musa Caliope y de Eagro es el primero en ser nombrado como parte de la tripulación. Apollonius of Rhodes. The Argonautica. Tr. R.C. Seaton. Book IV. p. 92, (v.891-921). URL: http://classics.mit.edu/Apollonius/argon.html

14 Aunque el centauro Quirón ya había presagiado el triunfo de Orfeo sobre las divinidades aladas antes de que el Argo zarpara.

15 Ibid. Book I. pp. 11-12.

16 Apolo como dios relacionado a la luz diurna, también lo está a la navegación.  En un pasaje anterior al de las Sirenas, Orfeo pide a los comandantes de la tripulación consagrar la isla de Tinias al dios solar (quien ha pasado luminosamente a través del aire durante el amanecer) y construir un altar además de hacer múltiples sacrificios en su honor. Sólo entonces Orfeo dedicará su lira (en la isla, por ende, llamada Lyra) al protector de los hombres de mar. Ibid. Book II. p. 39, 44.

17 La excepción de la derrota de las Sirenas es el tripulante Butes, quien se lanza al mar y es salvado por Afrodita en la costa oeste de Sicilia. Butes se convierte en amante de la diosa y funda una ciudad  (Lilybaeum, hoy Marsala en Italia). Según algunas versiones, después de esta derrota las Sirenas se matan, lanzándose desde un peñasco. De acuerdo a otras, este suicido tendrá lugar una generación después, tras el encuentro con Ulises. Y es que entre la tripulación del Argo se encuentra Laertes, el padre del futuro héroe de La Odisea. Izzi, Massimo. Diccionario ilustrado de los Monstruos. p. 444.


18 Al examinar la conveniencia de la escritura junto con Fedro, Sócrates relata una tradición famosa entre los antiguos que expresaba la inferioridad de la escritura frente a la inmediatez de la voz. Se decía que el dios Teut, de origen egipcio, había inventado los números, el cálculo,  la geometría, la astronomía, así como los juegos del ajedrez y de los dados, y al igual que Orfeo en otras regiones, la escritura. Teut se presentó ante el rey de la Tebas egipcia llamado Tamus para darle a conocer sus inventos con el fin de extenderles entre los egipcios. Al llegar el momento de presentar la escritura, Teut le dice al rey : “Esta invención  hará a los egipcios más sabios y servirá a su memoria; he encontrado un remedio contra la dificultad de aprender y retener.” Sorpresivamente, Tamus rechazó el invento respondiéndole : “Padre de la escritura  y entusiasmado con tu invención, la atribuyes todo lo contrario de sus efectos verdaderos. Ella no producirá sino el olvido de las almas de los que la conozcan, haciéndoles despreciar la memoria, fiados en este auxilio extraño abandonarán a caracteres materiales el cuidado de conservar los recuerdos, cuyo rastro habrá perdido su espíritu. Tu no has encontrado un medio de cultivar tu memoria, sino de despertar reminiscencias, y das a tus discípulos la sombra de la ciencia y no la ciencia misma.” Platón. “Fedro o del Amor.” En Diálogos. México, Editorial Porrúa. 23ª. ed., Col. Sepan Cuantos. Núm 13. pp. 657-658. “Platón expresaba reserva ante la escritura como una manera inhumana y mecánica de procesar el conocimiento, insensible a las dudas y destructora de la memoria (...) La antigua civilización griega marcó  el punto en la historia humana cuando el conocimiento de la escritura alfabética, profundamente interiorizado, por primera vez chocó con la oralidad.” Ong, Walter J. Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra. México, 2ª reimp., 1997. p. 32. (Orality and Literacy. The Technologizing of the Word. Tr. Angélica Scherp).

19 Siguiendo a su maestro Schopenhauer, el filósofo Friedrich Nietzsche (1844-1900) pensó en la música como medio de expresión por excelencia de la esencia de las cosas, mientras que el lenguaje conceptual sólo constituye una máscara de verdad. La retórica toma el lugar de la música, apropiándose de su esencia musical originaria. “Nietzsche descubría, por tanto, que no podía haber ningún lenguaje de la naturaleza (música) antes del lenguaje como arte (retórica), y que el lenguaje esencialmente y por su propia naturaleza es arte, es decir, retórica.” De Santiago Guervós, Luis Enrique. “El poder de la palabra: Nietzsche y la retórica.” en  Nietzsche, Friedrich. Escritos sobre retórica. Madrid, Trotta, Clásicos de la Cultura, 2000. Introducción. p. 13, 35.

20 Tanto Orfeo como Dioniso gozaban de la posibilidad de transportar a sus adeptos a otro nivel de conciencia por medio de la música y  la danza. Por sus atributos, podría considerarse a Orfeo como un Dioniso tranquilizado. Shlain, Leonard. El alfabeto contra la diosa. El conflicto entre la palabra y la imagen, el poder masculino y el poder femenino. Barcelona, Debate, Pensamiento, 2000. p. 273. (The Alphabet vs the Goddess. Viking Penguin, 1998. Tr. Rafael Fontes).


21 La Odisea es en su totalidad una epopeya de la victoria sobre los peligros de la onda (ola, tormenta) y de la feminidad.” Durand, Gilbert. Les structures anthropologiques de l’imaginaire. p. 115.

22 Ulises (Odiseo) es el rey de Ítaca quien, después de una tregua con los troyanos, conspira la estrategia de entregarles un regalo excepcional: un caballo de madera en cuyo interior se encuentran los más audaces griegos que destruirán la ciudad amurallada. Finalizada la guerra, los vencedores se embarcan a sus respectivas ciudades de origen. Ulises es protegido por Atenea, pero Poseidón, el dios marino, hostilmente lanza tormentas salvajes a su embarcación por solicitud del Cíclope Polifemo. Como se le había prevenido antes de zarpar a Troya, a la caída de ésta, aún tendrán que transcurrir diez años para regresar a su tierra.

23 Barnett, Mary. “The Trojan War and the Return of Odysseus.” In  Gods and Myths of Ancient Greece. The Archaeology and Mythology of  Ancient  Peoples. Singapore, Grange Books, 1999. pp. 94-95. Ch. VI.

24 Circe advierte a Ulises de su próximo encuentro con las Sirenas : “Next where the Sirens dwell, you plough the seas; / Their song is death, and makes destruction please. / Unblest the man, whom music wins to stay / Night the cursed shore, and listen to the lay./ No more that wretch shall view the joys of life, / His blooming offspring, or his beauteous wife!/ In verdant meads they sport; and wide around/ Lie human bones that whiten all the ground : / The ground polluted floats with human gore, / And human carnage taints the dreadful shore./ Fly swift the dangerous coast; let every ear/ Be stopp’d against the song! ‘tis death to hear! / Firm to the mast with chains thyself be bound, / Nor trust thy virtue to the enchanting sound. / If, mad with transport, freedom thou demand, / Be every fetter strain’d, and added band to band. Citado por Lao, Meri. Sirens. Symbols of Seduction. pp. 3-4.

25Amis ! Je ne veux pas qu’un ou deux seulement connaissent les arrêts que m’a transmis Circé, cette toute divine. Non !…Je veux tout vous dire, pour que, bien avertis, nous allions à la mort ou tâchions d’éviter la Parque et le trépas. Donc, son premier conseil est de fuir les Sirènes, leur voix ensorcelante et leur prairie en fleurs ; seul, je puis les entendre ; mais il faut que, chargé de robustes liens, je demeure immobile, debout sur l’emplanture, serré contre le mât, et si je vous priais, si je vous commandais de desserrer les nœuds, donnez un tour de plus !” Homero. Odyssée. Paris, La Pléiade, Gallimard, 1995. p.716. Chant 12, vers 154-164.

26 “Viens ici ! Viens à nous ! Ulysse tant vanté ! l’honneur de l’Achaïe !…Arrête ton croiseur : viens écouter nos voix ! Jamais un noir vaisseau n’a doublé notre cap, sans ouïr les doux airs qui sortent de nos lèvres ; puis on s’en va content et plus riche en savoir, car nous savons les maux, tous les maux que les dieux, dans les champs de Troade, ont infligés aux gens et d’Argos et de Troie, et nous savons tout ce que voit passer la terre nourricière.” Ibid. pp. 716-717. Chant 12, vers 184-191.

27 Después de su encuentro con las Sirenas, Ulises permanece siete años más en la isla Ogigia retenido por la ninfa Calipso. Logra escapar de allí en una balsa que él mismo se fabrica, y, después de naufragar, llega a la isla de los feacios. El rey Alcinoo y su hija Nausica le reciben cordialmente y le ofrecen libaciones. Después de un banquete, la reina Arete escucha las maravillosas aventuras de Ulises que incluían su estancia en la tierra de los Cíclopes, donde el gigante Polifemo le había cautivado; también el relato de su permanencia en la isla de Circe, la que convertiría a sus hombres en cerdos; así como una tempestad que estrellaría su nave y le arrojaría a las costas de la isla de Calipso. Compadecido por las múltiples tragedias de Ulises, Alcinoo le proporciona el barco con el que regresa a Ítaca, mientras su esposa Penélope, bajo una estrategia de ganar tiempo, promete su mano a quien con el arco de su amado sea el triunfador en un torneo. Cuando Ulises, después de haber perdido a sus compañeros, llega solo y se presenta en su propio palacio disfrazado de mendigo, sin ser reconocido, interviene en el torneo, da muerte a los pretendientes de su esposa y reestablece el orden de su reino.

28 Música parece derivar del término griego mousikc, “de las Musas”, nueve hijas de Zeus relacionadas a la música, la danza, la poesía, el drama y el conocimiento científico: Caliope, de la poesía épica; Clío, de la historia; Erato, de la poesía; Euterpe, de la poesía lírica; Melpómene, de la tragedia; Polimnia, de los himnos y la música sagrada; Terpsícore, de la danza; Talía, de la comedia; y Urania, de la astronomía. “Music of the Ancient Greeks.” Augusta State University.URL : http://www.aug.edu/~cshotwel/2001.Greeks.htm


29 Para Pitágoras, dos clases de placer son representados por las Sirenas y las Musas: las primeras relacionadas a la voluptuosidad, los apetitos y la abundancia; las segundas a la justicia y la armonía sin arrepentimientos. Las Musas habitan musicalmente el Olimpo y visitan a los mortales para entregarles conocimiento. No obstante, este conocimiento  ya pertenece a lo instituido y a la ley. Lao, Meri. Sirens. Symbols of Seduction. pp. 42-43. El canto y la música de las Sirenas están más allá del mundo del orden natural de Orfeo, del social de Ulises y del arte y de la ciencia de las Musas.

30 Conduciendo a las almas errantes en su camino al cielo, las Sirenas inspiran el amor por lo celeste y lo divino, mientras les hacen olvidar las miserias de la vida mortal con consuelo y encantamiento. Leclercq-Marx, Jaqueline. La Sirène dans la pensée et dans l’art de l’Antiquité et du Moyen Age. Bruxelles, Académie Royale de Belgique, 1997. pp. 24-27.

31 Platón. “La República o lo justo.” En Diálogos. Libro X. p. 616.


32 Huso: Instrumento elipsoidal que sirve para hilar y enrollar en él lo hilado.

33 Ibid. p. 618.


34 Láquesis entregó a cada alma según su elección, un daimon. Se acercaban juntos a Cloto para confirmar el destino con una vuelta al huso. Atropos torcía el hilo entre sus dedos para  hacer irrevocable lo hilado por Cloto. Entonces avanzaban hacia el trono de la Necesidad. Juntas todas las almas llegaban al llano Leteo (olvido) y pasaron la noche a orillas del río Ameles (ausencia de cuidados) para regresar a medianoche a la Tierra. A Her no se le permitió beber del agua del río y sin darse cuenta de ello, regresó a su cuerpo tendido en la pira. Ibid. p. 620.

35 La música y las artes ponen estas armonías en mente, de las cuales los pensamientos generales y los asuntos de esta Tierra nos distraen. En la Edad Media las siete ramas del aprendizaje se asociaban a las esferas: gramática, lógica y retórica (conocida como trivium), aritmética, música, geometría y astronomía (el quadrivium). Las esferas cristalinas por sí mismas no eran de materia inerte como el cristal, sino poderes espirituales vivientes, presididos por seres angelicales, como Platón había dicho: Sirenas. Más allá de todo está  el reino luminoso y celestial de Dios sentado majestuosamente en su trono espera al alma que, al morir, regresa a su hacedor, pasa a través de las siete esferas, dejando en cada una la cualidad correspondiente para llegar desnuda al juicio. Campbell, Joseph. Myths to Live By. New York, The Viking Press, 1972. pp. 4-5.

36 Sobre la teoría numérica de Pitágoras y su relación con la música, Calter, Paul. “Pitágoras & Music of Spheres.” Geometry in Art & Architecture. Key College Publishing, August, 2004.
URL : http://www.dartmouth.edu/~matc/math5.geometry/unit3/unit3.html

37 Las ideas de Pitágoras han sido retomadas por grandes figuras de la cultura de Occidente. Platón encuentra en las matemáticas un conocimiento verdadero mediante las ideas que las almas comparten en el Topos Hyperuranus (Episteme). Platón, “La República o lo justo.” Libro VII; En el Renacimiento, artistas como Leone Battista Alberti (1404-1472) y Andrea Palladio (1518-1580) aplicaron sus principios a la perspectiva en la pintura y la arquitectura; Más tarde Kepler (1571-1630), creador de la astronomía moderna, retomó sus ideas en su modelo del Universo descrito en su libro Harmonice Munde (1619); Wilhelm Leibniz (1646-1716), inventor del cálculo infinitesimal, y René Descartes (1596-1650), fundador del sistema del racionalismo, recuperarán los principios numéricos de los pitagóricos  bajo un replanteamiento moderno de las ideas innatas en la mente humana. Descartes, René.  Meditaciones metafísicas. México, Porrúa, Col. Sepan Cuantos, 1992. Meditación IV; y Leibniz, Gottfried Wilhelm. Nuevo tratado sobre el entendimiento humano. De las ideas innatas. Buenos Aires, Aguilar, 1980.

38 “Au commencement Dieu créa  le ciel et la terre. Or les ténèbres couvraient la terre et le silence emplissait le ciel. Dieu créa donc les astres, les luminaires et les planètes. Et la lumière fut. Mais pas seulement la lumière, car les astres, les luminaires et les planètes en accomplissant dans le ciel leurs paraboles et leurs révolutions émettaient des sons. Et on cessait d’entendre une sorte de concert céleste, doux, profond et ravissant : la musique des sphères.” Tournier, Michel. “La légende de la musique et de la danse.” Dans Le médianoche amoureux. Paris, Gallimard, 1989. p. 249.


39 “Vous pouvez manger des fruits de tous les arbres et acquérir  toutes les connaissances. Gardez-vous cependant de manger des fruits de l’arbre de la musique, car,  connaissant les notes, vous cesseriez aussitôt d’entendre  la grande symphonie des sphères célestes, et, croyez-moi, rien n’est plus triste que le silence éternel des espaces infinis!” Frase que demuestra, según Tournier, que Dios había leído a Pascal. Ibid. p. 251.

40 “Adam et Eve étaient perplexes. Le Serpent leur dit : Mangez donc des fruits de l’arbre de la musique. Connaissant les notes, vous ferez votre propre musique, et elle égalera celle des sphères.” Ibidem.

41 “Ainsi finit le Paradis terrestre. La histoire de la musique commençait. Adam et Eve, puis leurs descendants entreprirent de tendre des peaux sur des calebasses et des boyaux sur des archets. Ils percèrent des trous dans des tiges de roseaux et tordirent des lingots de cuivre pour fabriquer des diapasons. Cela dura des millénaires, et il eut Orphée, et il eut Monteverdi, Bach, Mozart, Bethoveen. Il y eut Ravel, Debussy, Benjamin Britten et Pierre Boulez. (...)  Mais le ciel demeura désormais silencieux, et plus jamais on n’entendit la musique des sphères.” Ibid. p. 252.

42 Como seres femeninos, las Sirenas han sido interpretadas históricamente como símbolos del aspecto negativo extremo de la fatalidad más o menos inquietante que personifican también Circe y Calipso. Durand, Gilbert. Les structures anthropologiques de l’imaginaire. pp. 114-115.


43 Incluso después de su triunfo ante las Sirenas, Ulises permanecerá siete años en la maravillosa isla de Calipso y decidirá abandonarla para regresar a Ítaca.

44 También la filosofía política contemporánea se ha interesado en el mito de Ulises y las Sirenas para estudiar la universalidad/cosmopolita y la particularidad/comunal. La postura de los autores muestra que la visión cosmopolita de una comunidad universal justa, lejos de beneficiar, perjudica la justicia de las comunidades humanas aisladas: “Odysseus’s ability to resist these offers of universal knowledge or immortality –both representing a form of “transcendence” that bears some remarkable similarities to cosmopolitanism, or its cousin universalism- yet also remain tempted by them, suggests a stance of “limited transcendence” a transcendence  of which humans are aware and even to which they can aspire, but which finally they must also be wary and which they must reject when it tempts them to total transcendence  of what Homer understands to be the human condition. This form of “limited transcendence”  is exemplified of some of the actions and choices of Odysseus, especially those that reveal the simultaneous atrractions of the cosmopolitan alternative and the requierements of partiality that bind us to particular places and particular people. These latter requierements the Odyssey finally suggests, keep us fully human and represent the only avenue by which justice  can finally be achieved, not through  dedication to universal or cosmopolitan knowledge, since this knowledge threatens to attenuate our connections, devotion and duties to humanity, especially to the humblest and least powerfull of our fellow citizens.” Deneen, Patrik J. “Against Cosmopolitanism: Resisting the Siren’s Song.” In The Odyssey of Political Theory: The Politics of Departure and Return. Rowman & Littlefield Publishers, 2000.
URL http://olincenter.uchicago.edu/pdf/deneen.pdf


45 Engh, Barbara.“Adorno and the Sirens: tele-phonographic bodies.” In Dunn, L. C. (ed.), Embodied Voices: Representing Female Vocality in Western Culture. Cambridge, University Press, 1994. p. 134.

46 “The beginning  of music... extends beyond the realm of intention- the realm of meaning and subjectivity. The origin is gesticulative in nature and closely related to the origin of tears. It is the gesture or release. Music and tears open the lips and set the arrested human being free.” Adorno, Theodor. Philosophy in Modern Music. New York, Seabury Press, 1973. pp. 128-129. (Tr. A. Mitchell and Wesley Blomster).

47  Bataille, Georges. La oscuridad no miente. México, Taurus, Pensamiento, 2001. p. 126.


48 Posiblemente Dante, por las características físicas con las que describe a la supuesta Sirena, «bizca, tartamuda, con los pies torcidos, manca y de color amarillento», haya confundido a uno de estos seres con la hechicera Circe. Revísese, Dante, Alighieri. La divina comedia. México, Universidad Nacional/SEP, 1era. reimpr. (1921), 1988. pp. 299-300. Purgatorio, Canto XIX.

49 Ibid. p. 300. Canto XIX.

50 Ibid. p. 359, 360. Canto XXX.


51 Ibid. p. 362. Canto XXX.

52 Lao, Meri. Sirens. Symbols of Seduction. p. 36.


53 Kafka, Franz. “The Silence of the Sirens.” In The Great Wall of China. New York, Schoken Books, 1970. (Tr. Willa and Edwin Muir).

54 “Después de su triunfo sobre las Sirenas, Ulises se encuentra tal como es,  en un mundo empobrecido, más cerrado y más seguro.” Blanchot, Maurice. “Le Chant de Sirènes.” Dans Le livre à venir. Paris, Gallimard, Folio Essais, 1959. p. 16. Ch. I.

55 “Toutefois, par leurs chants imparfaits qui n’etaient qu’un chant encore à venir, elles conduisaient le navigateur vers cet espace où  chanter commencerait vraiment.” Ibid. p. 9.


56Un bruit naturel sans doute, mais en marge de la nature, de toute manière étranger à l’homme, trés bas et éveillant en lui ce plaisir extrême a tomber qu’il ne peut satisfaire dans les conditions normales de la vie.” Ibidem.

57 “Chant de l’abîme  qui, une fois entendu, ouvrait dans chaque parole un abîme et invitait fortement à y disparaître.” Ibid. p. 10

58L’enchantement, par une promesse énigmatique, exposait les hommes à être infidèles à eux-mêmes, à leur chant humain et même à l’essence du chant, en éveillant l’espoir et le désir d’un au-delà merveilleux, et cet au-delà ne représentait qu’un désert, comme si la région-mère de la musique eût été le seul endroit tout à fait privé de musique, un lieu d’aridité et de sécheresse où le silence, comme le bruit, brûlait, en celui qui en avait eu la disposition, toute voie d’accès au chant.” Ibidem.

59Cette lâche médiocre et tranquille jouissance, mesurée, comme il convient à un Grec de la décadence qui ne mérita jamais d’être le héros de L’Iliade » (...) Les Sirènes vaincues par le pouvoir de la technique qui toujours prétendra jouer sans péril avec les puissances irréelles (inspirées). Ibid. p. 11.

60 Los padres de la Iglesia celebraron la resistencia de Ulises. Para Clemente de Alejandría, la figura del héroe atado al mástil es comparable a la de Cristo en la cruz. Por otra parte, el músico de Tracia fue, por lo demás, considerado una “figura crística” por algunos de ellos. Se dice que “una de las primeras representaciones figurativas de Cristo, que se remonta al siglo III, lo  muestra en compañía de Orfeo, elevado a la dignidad de profeta y comparado al Buen Pastor.” Clemente de Alejandría escribió incluso al respecto: Los que se consideraban muertos y no participaban de la vida verdadera fueron revivificados por el sonido de sus cantos. Inversamente, los filósofos precristianos como Platón, fueron considerados sirenas, es decir, representantes de la pura elocuencia y de la vana retórica, que amenazan a la salvación eterna.” Brasey, Édouard. Sirenas y Ondinas. El universo feérico III. Barcelona, Morgana, 2001. p. 47. (Sirènes et Ondines. L’Univers Féerique, 1999. Tr. Esteve Serra).

61 “Selon les normes psycho-historiques des deux mille cinq cents dernières années, ne peut être considéré comme adulte, dans un premier temps, que celui qui s’est soumis à un programme global d’entraînement à la défascination. (…) La subjectivation critique repose sur la défascination, comme retenue du saisissement.” Sloterdijk, Peter. “Le stade des sirènes. De la première alliance sonosphérique.” Dans Bulles. Sphères I. Paris, Fayard, Pluriel, 2002. pp. 524-525. (Spharen I. Blasen, Suhrkamp Verlag Frankfurt Main, 1998).

62 Le monde hómerique, prépatriarcal, a appris à craindre un certain type d’enchantement auditif  (…) Il y a une musique étranger dans le monde, dont le plus capables doivent justement se garder : car, comme le laissent entendre les mythologies, ces sons ne mènent  pas l’auditeur à soi même, à son propre bien , mais  à une mort loin de sa patrie.(…) La mer se transforme en une salle de concert coupée du monde.” Ibid. pp. 528-530.

63Leur secret est de chanter exactement les chants dans lesquels l’oreille du passant désire se précipiter. Écouter les sirènes signifie par conséquent être entré dans l’espace central d’une tonalité qui nous interpelle intimement et. Désormais, vouloir rester dans la source d’émotion de ce son dont on ne peut se passer. Les chanteuses fatales composent leurs chants dans l’ouïe de l’auditeur –elles chantent à travers de la gorge de l’autre. Ibid. p. 532.

64 Ibid. p. 538, 546.

65 “Mais l’hystérie autour des ténors et l’agitation pop ne seraient pas si attirantes si elles n’offraient pas toujours des projections saisissantes de ces puissances anciennes qui provoquent les formations du Moi par l’ouïe.” Ibid.  p. 537.

66 “Notre analyse de la rencontre entre Ulysse et les sirènes s’est étendue à des allusions à une théorie de la communication émue dans les grandes sociétés. Ce qui touche intimement l’individu qui écoute, ce qui lui donne la certitude d’entendre son propre chant, c’est cette musique spécifique des sirènes, qui récite en public ce qui éveille l’émotion personnelle.(…) En verité, les composantes siréniques interviennent partout où les hommes  se livrent à une audition émue. (…) Écouter les sirènes c’est s’écouter.” Ibid.  p. 543.

67 Ibid.  p. 557.

68L’enchantement sonore des sirènes –se révèle, dans le dernier horizon de l’étude, comme la répétition d’une salutation constitutive de l’être humain dans sa première atmosphère.” Ibid. p. 551.

69La sirène maternelle est anticipatrice : elle prédit à l’enfant  un destin sonore. C’est en l’écoutant que le héros fœtal part pour mener sa propre odyssée.” Ibid. p. 555. Revísese detalladamente, Tomatis, Alfred. De la communication intra-utérine au langage humain. Paris, ESF, 1972.


70 Sobre las marcadas entonaciones –musicales- de la voz maternal en comunicación con el recién nacido y sus variaciones durante el proceso de aprendizaje del lenguaje desde una perspectiva de la Psicología Evolutiva: Fernald, Anne. “Human Maternal Vocalizations to Infants as Biologically Relevant Signals: An Evolutionary Perspective.” In Barkow, Jerome H; Cosmides, Leda; Tooby, John (eds.) The Adapted Mind. Evolutionary Psychology and the Generation of Culture. Oxford University Press, 1995.

71 Sloterdijk, Peter. “Disgression 8: Vérités d’analphabètes. Notice sur le fondamentalisme oral.” Dans Bulles. Sphères I. pp. 575-576.



72Dans cette mesure, le divan est l’extase disco vont ensemble comme la face concave et la face convexe de la même lentille de vérité.” Ibid. p. 577.


 seres híbridos mujer-ave.